La noticia de la muerte de doña Ana sorprendió a Kiko Rivera en la isla de La Graciosa, donde este viernes se casa su prima Anabel. El DJ tuvo dudas sobre cómo actuar tras enterarse del fallecimiento de su abuela, a la que siempre ha considerado su segunda madre. Después de compartir un desgarrador mensaje en el que aseguraba que la orden de Cantora era que no fuera nadie a despedir a la matriarca de los Pantoja, el sevillano tomó la decisión de viajar a la península para dar el último adiós a su abuela. «A mí se me ha muerto mi abuela, pero a mi madre, sea de la manera que sea, se le ha muerto su madre… así que yo voy a ir a Cantora, evidentemente«, explicaba en un audio enviado al programa Sálvame. «Si me dejan pasar le daré un abrazo a mi madre y me iré. Si no me dejan pasar, me iré igualmente», proseguía. Y se mostraba conciliador al afirmar: «Creo que es el momento de apartar ciertas cosas y tirar hacia adelante”.
Junto a Kiko viajaron su hermana Isa y su prima Anabel, así como Raquel Bollo, una gran amiga de la familia. Tras un largo periplo en el que cogieron un ferry y varios vuelos, el DJ llegaba a Cantora en un coche conducido por Manuel Cortés, el hijo mayor de Raquel Bollo. Tras ellos, en un mismo vehículo, entraban en la finca Isa, Anabel y Raquel Bollo. Todos llegaron sobre la una y media de la madrugada y Kiko permaneció en el interior de Cantora unas dos horas, tal y como ha informado el periodista José Antonio León en sus redes sociales. El reportero de Sálvame también añade que dentro de la casa, además de Isabel Pantoja, se encontraba Agustín, con quien el DJ mantiene un conflicto en los tribunales por «estafa, apropiación indebida y otra cosa más», según reveló el sevillano en Lecturas.
Kiko llevaba más de un año sin entrar en Cantora. Hay que recordar que la felicidad de la familia Pantoja saltó por los aires el 2 de agosto de 2020, durante el cumpleaños de la cantante de Marino de luces. Aquel día, según reconoció el DJ en una demoledora entrevista, vio, por casualidad, que en la habitación de Paquirri, que estaba siempre cerrada con llave, estaban todos los objetos personales de su padre, cuando en su día se denunció que los habían robado. «Ahora entendéis cuál es el motivo por el que mi vida cambia«, afirmó tras esta revelación, y fue entonces cuando comenzó a investigar la controvertida herencia del torero.
«Me han engañado y me han robado, a sabiendas de que lo estaban haciendo. […] No voy a poder perdonar a mi madre y mi padre, desde donde esté, tampoco. […] No hay explicación a lo que ha hecho, no existe razón lógica, lo que yo he descubierto es de una persona enferma que está cegada por el dinero. […] Yo he sido una tarjeta de crédito para mi madre», aseguró Kiko en el programa Cantora: la herencia envenenada, de Telecinco.
FUENTE: Hola.com
Fotos: Gtresonline