OBITUARIO | Fallece Mercedes Domecq a los 70 años y Bertín Osborne le dedica una emotiva carta de despedida

Mercedes Domecq Ybarra, viuda del rejoneador Fermín Bohórquez Escribano, fallecía en la madrugada del martes en Jerez tras una larga enfermedad a los 70 años de edad. En los últimos diez días había permanecido ingresada en un hospital privado y su familia esperaba el desenlace. Madre de seis hijos, Sol, Iván, Borja, Mercedes, Carlos y Fermín (este último también había seguido los pasos taurinos de su padre), era una mujer de mucha fe y muy comprometida socialmente, siendo muy querida en Jerez.

Sus hijos también han sido muy conocidos por sus respectivas ocupaciones: Sol es una diseñadora de éxito, Carlos e Iván son empresarios agrícolas, Borja es abogado y Mercedes, licenciada en Empresariales.

La imagen de Mercedes, rubia, de ojos verdes, altísima, destacaba siempre por su elegancia en las plazas de toros de las que era muy habitual, siendo una gran aficionada. Cuando se casó con Fermín Bohórquez, se dijo que el rejoneador había logrado enamorar a la Domecq más guapa de Jerez, lo cual es decir mucho.

Último adiós

El entierro tendrá lugar hoy miércoles a las once de la mañana en San Mateo, hermandad a la que estaba muy vinculada porque había sido camarera de Nuestro Padre Jesús de las Penas de la hermandad de los Judíos de San Mateo. En esta misma iglesia había contraído matrimonio religioso el 26 de octubre de 1968. Su marido, Fermín, había fallecido en julio del año 2016.

No ha sido un año fácil para la familia Domecq, ya que este mismo año han fallecido también otros dos hermanos de Mercedes, Titi y José María. Sus hijos han querido llevar con la máxima discreción su enfermedad y en los últimos días no respondían a las numerosas llamadas que los amigos y conocidos realizaban para saber de su estado.

Mercedes era tan querida en su tierra que se le dedicó la “I Gran Zambomba Gitana”, celebra en las Bodegas Real Tesoro. En aquella ocasión, los organizadores, Juan Junquera y Carmen Medina, destacaron “su discreción, que debe servir de ejemplo, y su predisposición siempre para colaborar con todas las cosas de su tierra”.

Además de su faceta taurina y ganadera era una gran cofrade y según recuerda el periodista jerezano Eugenio Camacho: “Siempre fue una gran embajadora de Jerez, tanto en su tierra como fuera de ella porque ella era Jerez allá donde iba. En la Feria recibía a numerosas personalidades en la Caseta Casino Lebreros y también en las fincas familiares de Fuente Rey y La Peñuela”.

Mercedes era hija de Luis Domecq Rivero y María Isabel Ybarra Ybarra, pertenecía a una numerosa familia de once hermanos: Jaime, África, Maribel, Luis Fernando, Nicolás, Pedro, José María, Huberto, Leandro y María del Carmen. Ella ocupó el lugar número nueve, tras Huberto, padre de la diseñadora Inés Domecq, que era su sobrina.

Sus abuelos paternos fueron Los Marqueses de Casa Domecq. Entre las muchas asociaciones con las que colaboró están AFANAS, Asociación para la atención de personas con discapacidad intelectual, y la Fundación jerezana de la Santa Caridad, que organizaba todos los años un rastrillo benéfico, La Almoneda, cuya recaudación se destinaba a ayudar a personas de la tercera edad con dificultades económicas.

Han sido muchos los rostros conocidos que han querido despedirse de Mercedes Domecq en las redes sociales. Entre ellos encontramos al cantante jerezano Juan Peña y a Bertín Osborne, grandes amigos de la jerezana.

Estan son las emotivas palabras que ha escrito Bertín Osborne tras conocer la muerte de su amiga:

«Hoy se ha marchado mi mejor amiga desde hace más de 40 años.

La conocí con 18 años y desde el primer día supe que ella era la mejor.

Siempre admiré a mi compadre Fermín por muchas cosas pero, sobre todo, por haber conseguido casarse con una señora de esa categoría.

Ese fue su mayor éxito en la vida y se lo dije infinidad de veces.

Mercedes era una señora infinita y con mayúsculas, era la mejor anfitriona y la bondad personificada.

Tenía ese sentido del humor socarrón y divertido… y era muy buena.

Era generosa y ayudaba a todo el que lo necesitaba… porque era muy buena.

Tenía el corazón tan grande que le rebosaba… de buena que era.

Cuando me contaba sus cabreos, se encendía como una estufa y de repente nos mirábamos y nos moríamos de risa.

Una vez, cabreada como una mona con mi compadre, me pidió que la llevara a Jerez desde Fuente Rey. Todo el camino renegando y jurando en hebreo hasta que llegamos a Jerez. Recuerdo que en un semáforo nos miramos, nos entró la risa floja y me dijo: “¿Nos volvemos?”

Allá que fuimos otra vez ‘pa tras’ y nos encontramos a Fermín sentado en el mismo sitio y viendo la misma película. ¡Ni se había enterado!

Genio y figura.

Hoy se nos ha marchado Mercedes. El vacío que deja es inmenso, y yo, que este miércoles tengo que presentar mi disco nuevo a los medios, no sé con qué cara lo voy a poder hacer.

Le quiero decir a sus hijos que me siento su familia, que son mis hermanos y que dentro de poco brindaremos por sus padres, juntos, como lo hemos hecho toda la vida.»

FUENTE: Vanitatis