Los 10 mitos del reciclaje

Según cuenta Ecoembes, toca hablar de los mitos del reciclaje que se comentan a través de las redes sociales, son dudas que tienen los ciudadanos y hay que responder.

1.La basura se mezcla en los camiones

Los camiones tienen un sistema bicompartimental en su interior, lo que hace posible la recolección de diferentes residuos en un mismo camión sin que se mezclen entre ellos.

2. En la planta de reciclado se juntan todos los residuos

No, aunque es inevitable que en la recogida de residuos selectiva algunos lleguen a la planta con algunas impurezas. Estas son separadas y eliminadas por métodos manuales y automáticos previos a su tratamiento.

3. ¿Por qué voy a reciclar si ya pago la tasa de basuras? Que lo hagan otros

El coste que conlleva el servicio de recogida de los contenedores de reciclaje (amarillo, azul y verde) no se financia con la tasa de basuras que abonan los ciudadanos al ayuntamiento. La ley establece que sean las empresas que comercializan productos envasados las que financien el proceso. No obstante, la colaboración ciudadana es imprescindible para que no se rompa la cadena de reciclaje.

4. Hay que lavar los envases antes de reciclarlos

Mucha gente piensa que es beneficioso lavar los envases antes de reciclarlos, pero realmente no es así. En verdad hacerlo es una acción no sostenible ya que estaríamos gastando recursos en algo que no es necesario ya que en las plantas de reciclaje los residuos ya pasan por un proceso de lavado, por lo que al duplicar esta acción se gastaría agua innecesariamente. Algo poco positivo, tanto para tu economía, como para el planeta.

5. Si reciclo quito trabajo a la gente que está en las plantas

Todo lo contrario: el reciclaje de residuos crea 10 veces más empleos que si se eliminaran en vertederos. La gestión de residuos genera más de 42.600 puestos de trabajo en España, 9.400 de ellos de forma directa.

6. Reciclar no merece la pena, contamina más que producir

Cuesta menos reciclar que fabricar un nuevo producto. Reciclando ahorramos agua, energía y materia prima. Además reducimos la contaminación que se produce en el proceso de obtención de la materia prima. La extracción de materias primas de la naturaleza para la creación de nuevos productos supone mayor coste ambiental que el reciclaje de los mismos. De hecho, gracias a los envases que se enviaron a reciclar en 2021, se evitó la emisión de 2,05 millones de toneladas de COa la atmósfera, se ahorraron 20,50 millones de mde agua y 5,27 millones de MWH de energía.

7. La calidad de los productos reciclados es peor

No. Tanto el vidrio, como el aluminio y muchos plásticos pueden ser reciclados de forma ilimitada sin perder su calidad. Los envases fabricados con material reciclado son igual de buenos que los fabricados a partir de materias vírgenes y, de hecho, cada vez son más comunes. Además, los envases reciclados también se utilizan para crear otros materiales como textiles, vehículos o mobiliario urbano.

8. Que yo recicle no va a salvar el mundo

Cuidar el medioambiente es trabajo de todos. La función de los ciudadanos es imprescindible para que la cadena de reciclaje funcione, ya que los pequeños gestos de cada individuo, al juntarse, suman mucho. Separar los envases y depositarlos en el contenedor adecuado es un sencillo gesto que ayuda enormemente a cuidar el medioambiente. En los últimos cinco años, el uso de los contenedores azules y amarillos ha crecido un 32%, lo que demuestra que la sociedad es cada día más recicladora.

9. Transportar los materiales reciclables causa más contaminación que no reciclarlos

Falso. Se produce la misma contaminación transportando los residuos a los vertederos que a las plantas de reciclado. Además, existen puntos donde se acumulan los materiales reciclados y así transportarlos en grandes cantidades, disminuyendo la contaminación.

10. Los ciudadanos no pueden hacer nada

Cuidar el planeta es tarea de todos: las empresas deben buscar la sostenibilidad, optimizando sus procesos; las administraciones tienen la responsabilidad de poner a disposición de los ciudadanos las herramientas necesarias para cuidar el medioambiente; y los ciudadanos deben comprometerse a consumir responsablemente, separar sus residuos y aplicar una economía cada vez más circular.