La angustia y la confusión rodean el caso de Álvaro Prieto López, el joven estudiante de ingeniería y futbolista del Córdoba CF, cuya desaparición ha dejado una profunda incertidumbre. Las palabras de su madre en una entrevista concedida a Onda Cero revelan el tormento de una familia desesperada por obtener respuestas.
La progenitora sostiene con firmeza que la desaparición de su hijo no fue voluntaria, y plantea dos dolorosas hipótesis: o bien Álvaro fue atropellado cuando intentaba encontrar el camino de vuelta a casa, o bien fue abordado por un vehículo y, posteriormente, ocurrió algo nefasto.
Al joven se le vio por última vez el pasado jueves 12 de octubre en la estación de tren de Santa Justa en Sevilla, en un intento fallido de regresar a Córdoba tras perder su tren programado a las 07:20 horas. Los detalles circundantes a su desaparición evidencian una serie de infortunios que culminaron en un misterio aún sin resolver.
El futbolista pasó el miércoles en casa de un amigo en Sevilla y posteriormente se fueron de fiesta. La mañana siguiente se dirigía a la estación para coger el tren a Córdoba, pero una mezcla de mala suerte y circunstancias desfavorables se interpusieron en su camino.
Su teléfono móvil se había quedado sin batería, lo que le impidió acceder a su tarjeta virtual y, sin dinero en efectivo, se vio incapaz de comprar otro billete. Intentó abordar otro tren con destino a Barcelona que se detendría en Córdoba, pero fue descubierto y expulsado del tren. Desde las 09:00 horas de ese jueves, el rastro de Álvaro se esfumó sin dejar pista alguna en la avenida Kansas City, una de las más grandes de la capital andaluza.
Las autoridades han mantenido una búsqueda constante desde entonces, con la estación de Santa Justa como último punto conocido de su ubicación. La descripción proporcionada por la familia sobre su vestimenta – una camisa verde y un pantalón beige – ha sido difundida en un intento de obtener pistas que conduzcan a Álvaro. Sin embargo, el flujo de información ha sido escaso, aumentando la angustia de su familia. Su propio padre se ha entrevistado con el amigo y los guardias de seguridad que lo descubrieron, pero tampoco ha obtenido ninguna pista relevante.
FUENTE: LA VANGUARDIA