Álvaro Prieto murió electrocutado el mismo día de su desaparición según los primeros indicios

La muerte de Álvaro Prieto fue accidental. A falta de los resultados de la autopsia, los primeros indicios apuntan a que el joven cordobés de 18 años murió electrocutado en el acople de dos vagones de un tren. Así lo avala el hecho de que el cadáver tuviera las manos quemadas y la cabeza sin pelo, dos factores compatibles con haber recibido una fuerte descarga eléctrica. La principal hipótesis es la de que el chico falleciera el mismo día de su desaparición, porque estaba ya en un avanzado estado de descomposición tras más de cuatro días en la que fue su tumba. 

Precisamente en estos acoples entre vagones hay cables de alta tensión, que suelen soportar unos 3.500 voltios. Sobre cómo llegó el joven cordobés hasta el lugar en el que se encontraba, los investigadores creen que pudo esconderse allí, tras haberse colado en las vías del tren. Así lo apuntaron a este periódico fuentes de la investigación. El levantamiento del secreto de sumario sobre el caso, que se había ordenado por la mañana, es un indicio claro de que no parece tratarse de un homicidio, aunque para aclarar este extremo será clave la autopsia, que se le realizará al cadáver en las próximas horas. 

Dos reporteros de una productora que trabaja para Televisión Española encontraron el cuerpo cuando hacían unas grabaciones de las inmediaciones de la zona en la que se había buscado al joven cordobés durante la noche anterior. Los periodistas se encontraban en el aparcamiento de un MacDonald’s que hay en el polígono Calonge, justo a la bajada del puente de la Carretera de Carmona. Desde ahí se tiene una vista relativamente limpia de las vías. El camarógrafo estaba tomando unas imágenes para acompañar un directo de su compañero.

Para ello enfocó un tren que llevaba allí parado unos veinte minutos y comenzó a moverse. Al verlo pasar, el cámara vio unos pies en el acople entre dos vagones. Los periodistas empezaron a gritar y el maquinista paró el convoy, que se movió unos metros hacia atrás en dirección a la estación. Allí finalmente se detuvo el tren, justo debajo del puente. Los operarios de Renfe comprobaron que efectivamente había un cadáver enganchado entre los vagones y llamaron a la Policía. Los primeros minutos fueron de completa confusión, puesto que la estación de Santa Justa estaba en ese momento tomada por la Policía, ya que estaban llegando los participantes en una cumbre de jefes militares y de ministros de Defensa que se celebra estos días en Sevilla.

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