fbpx

OPINIÓN «La Magna fue demasiado bien» – José Enrique Gallardo Monje

Teniendo en cuenta que Jerez es la ciudad de tan solo doscientos mil habitantes y tres equipos de fútbol, yo no se cuantos equipos de fútbol base, cuarenta y cinco hermandades (divididas, a su vez, entre los hermanos mismos), diecisiete mil artistas pegándose puñalaitas, y otros tantos ejemplos claros de división, egocentrismo, envidias, intereses y otros adjetivos que vienen al dedo de lo especialmente malos y cainitas que somos entre nosotros. La ciudad donde el dicho, «DIVIDE Y VENCERÁS», se tomó al pie de la letra pero para mal, y acabó en, «DIVIDE Y HAZ EL LILETA». La ciudad donde abres una panadería y alguien te abre otra enfrente, por tal de hacerte la puñeta. Teniendo en cuenta todo eso, en mi opinión, LA MAGNA MARIANA FUE DEMASIADO BIEN.

Dos horas de retraso me parecen pocas teniendo en cuenta que, en un día normal de Semana Santa, con seis o siete hermandades, suele haber retrasos, más o menos, parecidos. Con TREINTA Y SIETE PASOS POR EL CENTRO, cada uno con sus «cositas». ¿Qué se esperaba?

Hago esta publicación porque vengo viendo publicaciones de gente de fuera y, la gran mayoría, solo hace hablar maravillas de lo del Sábado y de los tesoros que pusimos en la calle los jerezanos. No digo que no haya visto críticas, pero los comentarios positivos ganan por amplia mayoría. Hay una palabra que he visto varias veces repetida, en gente que vino desde Sevilla, y es «COMODIDAD». Flipan con la comodidad y cercanía, con la que pudieron ver a las Vírgenes. Imagino que no serían usuarios de sillas pero al visitante que vino a callejear, sobre todo de Sevilla, le sorprendió la comodidad con la que pudo moverse por el centro para ver los pasos, así como lo cerca que pudo verlos, y eso que hubo muchísima gente. Imaginaos lo que soportan estos. Bueno, no hace falta que lo imagineis, hay muchos de aquí que van o han ido a Sevilla y saben perfectamente que ellos han llegado a un nivel INSOPORTABLE de gente, tanto que hay ya algunos que prefieren venir a Jerez.

Como ejemplos, filas de nazarenos interminables para ver cinco minutos, o menos, de un paso. Hermandades que andan aún más lentas que las nuestras. Colas en bares y establecimientos. Aparcamiento con caminatas de media hora. Carrera Oficial completamente aforada, allí o pagas o en Carrera Oficial no ves NADA (lo cual no critico porque a ese nivel debe ser así). Sevilla es Madre y Maestra, la quiero y muero con ella, pero eso es tal cual lo digo, con fundamento, porque lo he vivido varios años. Lo del sábado en Jerez, para ellos, es un juego de niños con lo que se forma allí. Jerez, poco a poco, va camino de eso. Pero ojalá tardemos muchos años en verlo. Yo quiero mi Semana Santa, tal cual es. Cómoda y perfectamente imperfecta.

Me da pena ver como tiráis por tierra todo lo nuestro y luego os pegáis dos horas en una esquina para ver un paso en Sevilla. Es algo ilógico. Pero bueno, se que es la personalidad del jerezano. Destruir lo nuestro y alabar lo de fuera.

Yo también tardé dos horas en cruzar la calle Porvera con la Virgen del Desamparo. Cuando llegué a mi casa parecía que había sacado ocho Miércoles Santos. Pero prefiero quedarme con lo que disfruté debajo, a pesar de que fue duro, y cuando iba fuera, de lo que pude ver. Hacía más de veinte años que no veía a la Amargura en la calle y me la encontré de casualidad con mi tío Vicente Girigaña, cuando íbamos camino de un relevo. Nos quedamos en shock. Las previas de la semana antes. Los palios que pude ver en sus templos. Vírgenes que no se si volveré a ver bajo palio. Personas mayores a las que se volvía la Virgen, enfermos, niños.

Desamparo, Mayor Dolor, Piedad y Desconsuelo, juntas en esa Porvera, ¡por Dios! No lo vamos a volver a ver. Igual que otros muchos momentos que yo tengo en mis retinas y ustedes tendréis también.

Hay que mejorar, SEGURO. Se ha metido la pata en cosas, segurísimo. No hay que ser conformistas, también. Hay que hacer autocrítica, por supuesto que sí. Pero yo como seguidor de la Virgen, como devoto de Ella y enamorado del arte de los pasos de palio, VOTO POR PRESUMIR MUCHO DE MI JEREZ DE MI ALMA, DE LO QUE PUDO REZARLE LA GENTE A LA VIRGEN (Y A NUESTRA FORMA), Y DE LOS TESOROS QUE PUSIMOS EN LA CALLE EL SÁBADO.

José Enrique Gallardo Monje